Siempre habrá nuevos fantasmas para atormentar mi cabeza.
Otra vez me ahogue de angustias, de tristezas amargas. Me
bebí todas las imágenes juntas sin querer hacerlo, me arrodillaron contra el
empedrado y me dejaron sintiendo el frío olor a muerte, la horrible sensación
de que acabar con todo solo se puede acabándome del todo.
No veo al sol cuando sale, cada viaje no es más que un
recorrido dentro de mi misma y mi propia oscuridad. De a poco deje de hacer
cosas que me gustaban, deje de ser quien era, abandone la fuerza que me
constituía, la belleza que tenia. Estoy engendrando todo lo peor
de mi y esa porqueria amenaza con salir cada día para terminar de destruirme. Me siento todo
el tiempo acorralada cuando nadie más que el tiempo va tras de mí. Ese enemigo
que siempre nos diluye en la nada. Hay
tanto que no puedo hacer, que es demasiado tarde siento; que no lo es, en
realidad… No puedo escribirle cosas lindas a mi hijo porque las cosas lindas no
pasan por mi cabeza y cada vez menos, se dan una vuelta por mi corazón.
Comentarios
Publicar un comentario